El monte Xiabre de Vilagarcía de Arousa que sufriera los incendios del pasado verano se muere lentamente como otros muchos de Galicia, diversos factores han concurrido en su agonía, unos coincidentes con los demás montes gallegos y otros con su propia particularidad, la perdida del bosque autóctono, sustituido para el aprovechamiento de la industria papelera, la especulación de sus terrenos, causando un daño irreparable al construir un polígono industrial en sus faldas próximas al Posadoiro y la construcción de un parque eólico en sus cimas, que no solamente perjudica a las aves, sino que llena de asfalto sus anteriores cortafuegos, convertidos primeramente en caminos de tierra y ahora en estrechas carreteras.
Sin embargo, su fin ha llegado con los incendios, que terminaron de destruir un hábitat natural de la costa atlántica por su proximidad a la Ría de Arousa. Esperemos que los responsables de los distintos órganos políticos recuperen nuestros montes, si no lo hicieran, deberíamos ser nosotros quienes tengamos que empezar a pedir, que nos devuelvan el monte.